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Brasil y la Búsqueda del Crecimiento y el Progreso Social: La Nueva Aportación del FNI a la ONU


El Instituto de Hechos y Normas ha presentado recientemente un breve informe al Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier de Schutter, centrándose en el progreso de Brasil hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Preparado por el profesor Henrique Napoleão Alves, el informe ofrece información sobre la importancia del crecimiento económico para los derechos humanos y los desafíos matizados de depender únicamente del PIB como medida del progreso.



Una Oportunidad para un Diálogo Inclusivo


Responding to the UN Special Rapporteur's invitation for input, the Institute aimed to provide an informed perspective on Brazil's challenges and achievements related to the SDGs.


The UN's call encouraged contributions from a wide range of stakeholders, including governments, civil society, academics, and corporations, to discuss paths to poverty eradication that go beyond traditional economic growth metrics.


The UN's call included questions about alternative measures to GDP, the measurement of care work, and whether the bottom 40% benefits from growth.


El Doble Desafío: Crecimiento Económico y Sostenibilidad


El doble desafío: Crecimiento económico y sostenibilidadLa narrativa de Brasil es la de perseguir el crecimiento económico, como lo destaca el ODS 8, al mismo tiempo que se enfrenta al imperativo del desarrollo sostenible.


El informe destaca que si bien el crecimiento es esencial para mejorar las condiciones de vida, no debe producirse a expensas de la sostenibilidad ambiental ni ampliar la brecha de desigualdad. Reflexiona sobre la necesidad de que Brasil elabore políticas que no solo impulsen el crecimiento económico, sino que también distribuyan sus beneficios de manera justa y sostenible.


También explora la inadecuación del PIB como la única medida del progreso de una nación. Al abordar el ejemplo concreto de Brasil, el profesor Alves se refiere a medidas alternativas como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el Índice de Progreso Social (IPS) y el Indicador de Progreso Genuino (IPG), que ofrecen una visión más amplia del desarrollo del país al incorporar dimensiones sociales y ambientales.


Brasil ocupa el puesto 67 en el Índice de Progreso Social.
En América Latina, el país está por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, Argentina, Barbados, Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago y Ecuador.

Austeridad, Salud y Trabajo de Cuidado no Remunerado


El informe hace referencia a los efectos negativos de las políticas de austeridad en los logros de Brasil en materia de ODS, tal y como documentan dos estudios sobre cómo las políticas de austeridad probablemente empeoraron la salud de la población, la salud de los niños y las desigualdades.


En otra respuesta al cuestionario de la ONU, el informe se refiere a cómo un estudio reciente propone métodos para incluir el trabajo de cuidado no remunerado y el trabajo doméstico en las cuentas nacionales, destacando su valor económico y abogando por políticas para abordar las desigualdades de género y mejorar la posición económica de las mujeres.


Abordando la Pobreza, la Desigualdad y el 40% Inferior


El Objetivo de Desarrollo Sostenible 10.1 compromete a los países a promover el crecimiento de los ingresos del 40% más bajo a un ritmo superior al promedio.


Según el Banco Mundial, entre 2014 y 2020, Brasil enfrentó un crecimiento negativo, precios más bajos de los productos básicos, agitación política, desafíos estructurales y la pandemia. El país adoptó estrategias para apoyar a los más vulnerables a través de la adopción de medidas de emergencia y la expansión del programa Bolsa Familia.


El nuevo gobierno tiene como objetivo promover estos esfuerzos elevando el salario mínimo y ampliando los programas sociales, medidas que se espera que reduzcan la pobreza.


Sin embargo, Brasil enfrenta obstáculos socioeconómicos arraigados. Una parte significativa de la población vive en la pobreza crónica, mientras que el país sigue siendo una de las sociedades más desiguales del mundo. Las desigualdades regionales también son notables entre el norte más pobre y el sur más rico, así como las disparidades entre las zonas rurales y urbanas.


La pobreza y la desigualdad afectan desproporcionadamente a ciertos grupos. Casi la mitad de los niños de Brasil crecen en la pobreza.

La productividad del país está por detrás de muchas naciones latinoamericanas, con un crecimiento que depende en gran medida del trabajo, el capital y la expansión de la tierra. Este modelo produce un crecimiento limitado ya que el país enfrenta beneficios demográficos decrecientes, formación de capital limitada y deforestación por la acumulación de tierras.


Estos problemas requieren reformas y transformaciones estructurales que son desafiantes de implementar.


Para leer el informe completo, haga clic aquí:



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